¿Qué es el balón gástrico? Aquí la respuesta

El balón gástrico  es un dispositivo utilizado en el tratamiento de la obesidad. Consigue una pérdida de peso importante en un corto periodo de tiempo, en personas con obesidad mórbida candidatos a cirugía de estómago, que deben disminuir su peso antes de someterse a esta cirugía. Así mismo sirve en aquellas personas que presentan otras enfermedades asociadas, con una mejora en su calidad de vida.

El balón gástrico  se inserta, introduciendo el endoscopio por la boca, sin necesidad de cirugía. El procedimiento se realizará siempre bajo sedación. El endoscopio es un tubo largo, delgado y flexible (a veces puede ser rígido) que tiene una luz y una cámara de video conectada a un monitor, que permite una visión directa de todo el tubo digestivo. El balón se introduce plegado a través del endoscopio, pasa por el esófago para llegar al estómago, y una vez allí se llena con una solución salina fisiológica hasta alcanzar el volumen deseado (entre 400 y 700 ml). Al suero salino se le añade un colorante azul. Esta sustancia tiene la propiedad de teñir la orina de un color azul, de manera que si se produce alguna fuga en el balón, se detecta fácilmente.

El balón gástrico  ayuda a perder peso porque las personas se sienten satisfechas con menos cantidad de alimento, ya que el balón ocupa una gran proporción del espacio gástrico . El vaciado gástrico  y el paso del alimento al intestino se hacen mucho más lentos, lo que ayuda a la sensación de saciedad constante.

La duración del tratamiento mediante balón gástrico  es de 6 meses. A lo largo de este periodo se puede esperar una perdida de entre el 10 y el 15% del peso del paciente. Pero estos resultados son los mismos que se esperarían mediante un programa dietético y de ejercicio físico, razón por la cual el objetivo final del balón gástrico  no es conseguir una pérdida de peso moderada. El principal objetivo de este procedimiento es conseguir la reeducación del paciente de los hábitos de alimentación de la persona. Tras la retirada del balón, la persona debe haber interiorizado unos hábitos de alimentación diferentes que le harán seguir perdiendo más peso de manera gradual y mantenida en el tiempo.

En la regulación de la ingestión de alimentos están implicados numerosos mecanismos como los niveles de glucosa, los receptores de la pared gástrico  y duodeno, la velocidad de vaciado gástrico, etc. Existen, dos centros nerviosos encargados de procesarlos para estimular o inhibir el apetito según las señales recibidas desde la periferia, son el Centro del Apetito y el Centro de la Saciedad, los dos en el cerebro. La colocación del balón gástrico  va a interferir indirectamente sobre la regulación de la saciedad, dando lugar a una serie de señales que estimulan el Centro de la Saciedad, con lo que la persona presentará una sensación de plenitud constante que le induce a reducir su ingestión de alimento.

La pared del estómago cuenta con numerosos receptores de presión) encargados de registrar la presión que los alimentos ingeridos ejercen sobre las paredes gástrico . Cuando este estímulo alcanza un umbral, aparece un potencial de acción o señal nerviosa que, vehiculizada por aferencias nerviosas, llega al Centro de la Saciedad y lo estimula, con lo que en el individuo aparece una sensación de plenitud y la ingestión de alimentos se detiene. Este efecto es independiente de la calidad nutricional del alimento, sólo influye el volumen del mismo, de manera que alimentos hipocalóricos e incluso acalóricos, así mismo producen saciedad si llegan a un volumen. 

El aumento de tamaño del estómago produce un estímulo de saciedad, y es ahí donde cobra relevancia la presencia de balón gástrico. Este balón es responsable de producir un aumento de tamaño gástrico  permanente, con lo que la persona presentará una sensación de saciedad constante que le ayudará a disminuir su ingestión de alimento , pues a corto plazo, su centro de saciedad está más activado que antes de someterse a este procedimiento, y por tanto, su apetito más inhibido.

     El vaciado del estómago influye en la velocidad con la que el estómago entrega el alimento al intestino delgado. 

 Por otro lado, la presencia del balón gástrico produce un ritmo más lento del vaciado, pues interfiere en el transito normal de los alimentos. Las paredes del estómago  producen una serie de contracciones que le permiten entregar el bolo alimenticio al duodeno a través del píloro pero, al estar el balón de silicona en su interior, esta entrega se ve dificultada, por lo que el estómago se vaciará más despacio.

Las paredes del duodeno así mismo cuentan con unos receptores capaces de reconocer la presencia de determinados alimentos de manera que, si estuviesen presentes, se enviaría una señal al centro de saciedad, inhibiendo la ingestión de alimento. Así mismo aquí interviene el balón gástrico, pues al enlentecer el vaciado gástrico, estos alimentos irán llegando poco a poco y estarán más tiempo presentes en el duodeno, por lo que la persona no tendrá picos de hambre. Las nuevas formas de alimentación, con comidas más frecuentes y menos copiosas, también ayudan a activar este mecanismo.


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